miércoles, 22 de diciembre de 2010

FUNDACION DE POTOSI

FUNDACION DE POTOSI


En Bolivia la mayoría de los pueblos y ciudades tiene datos exactos y registrados de sus fundaciones. En el caso de Potosí, lastimosamente no tenemos una historia única, datos exactos y verídicos acerca de la fecha creíble de cuándo fue fundado. Debido a esto son muchos los escritores y muchas las historias, investigaciones y escritos que finalmente no nos dan luces certeras, repito, en torno a cuándo realmente se fundó la ciudad de Potosí, por lo que me atrevo a decir tímidamente que su fundación se sitúa en abril de 1545.
Por otra parte, entre leyendas y relatos acerca del descubrimiento del Cerro Rico de Potosí se afirman principalmente dos versiones.
La primera, en sentido de que los incas ya conocían la existencia de plata en el cerro, pero cuando el emperador inca intentó que ellos explotaran el cerro, fueron expulsados con una estruendosa explosión. De ahí deriva el nombre del lugar “¡P’utuqsi!”, por lo que se prohibió la explotación de la plata que estaba reservada para los que “vinieran después”. Pasados 83 años llegaron los españoles, quienes, por esta leyenda, se creyeron legítimos explotadores del Cerro Rico.
La segunda versión relata que las vetas de plata fueron descubiertas de forma casual, una noche del año 1545 por un pastor quechua llamado Diego Huallpa, que se perdió mientras regresaba con su rebaño de llamas. Diego decidió acampar al pie del Cerro Rico y encendió una gran fogata para abrigarse del frío. Cuando despertó por la mañana, se encontró con que, entre las brasas humeantes de la fogata brillaban hilillos de plata fundidos y derretidos por el calor del fuego. El cerro era, aparentemente, tan rico en vetas de plata que la misma se encontraba a flor de tierra.
El 1 de abril de 1545, un grupo de españoles, encabezado por el capitán Juan de Villarroel, tomó posesión del Cerro Rico, tras confirmar el hallazgo del pastor e inmediatamente estableció un poblado. Mi pregunta personal: ¿será esta la fecha de fundación?
En sí, la fundación de Potosí no fue planificada. Potosí por su enorme riqueza atrajo a miles de españoles y creció de tal manera en medio de cientos y cientos de rancheríos de forma desordenada, y fue creciendo como pudo con calles retorcidas y angostas, donde de balcón a balcón podían darse la mano, según se dice.
En 1572, con la llegada del Virrey Toledo se definió un trozo urbano de Potosí y fue Toledo quien dispuso la construcción de la casa de Almonedas, conocida ahora como la Casa de La Moneda.
Potosí fue la posesión más preciada de la corona española. En sus tiempos fue la ciudad más cara y fastuosa del Virreinato del Perú.
En 1570 su población era de 500.000 habitantes, como asiento minero dependiente de la ciudad de La Plata, hoy Sucre, pero tras una larga lucha por conseguir su autonomía, adquirió el rango de ciudad, recibiendo el nombre de Villa Imperial de Potosí, con derecho a escoger a sus autoridades.
La inmensa riqueza del Cerro Rico y la intensa explotación a que fue sometida por los españoles, hicieron que la ciudad creciera de manera asombrosa. En 1625, ya tenía una población de 160.000 habitantes, mucho más que Sevilla y más que Londres y París. Su riqueza fue tan grande que Miguel Cervantes acuñó en su obra “Don Quijote de la Mancha” la frase española “vale un Potosí”, que significa que algo vale una fortuna.
Los españoles que vivían en la ciudad disfrutaban de un lujo increíble. A comienzo del año 1600, Potosí ya contaba con 36 iglesias espléndidamente ornamentadas con altares y alas de ángeles de plata, otras tantas casas de juegos y 14 escuelas de bailes. Había salones de bailes, teatros y tabladas para las fiestas, que lucían riquísimos tapices y cortinajes. De los balcones de las casas colgaban adornos de oro y plata.
En las casas de los mineros más potenciados circulaban todo tipo de perfumes, joyas, porcelanas y objetos suntuosos, y se dice que hasta las herraduras de los caballos eran de plata.
En esa época se instalaron 800 apostadores profesionales, en lo que hoy se llama casa de juegos, y llegaron 120 meretrices célebres, a cuyos resplandecientes salones concurrían los mineros ricos. En 1608 las fiestas del Santísimo Sacramento se desarrollaban con seis días de comedias y seis noches de máscaras, ocho días de toros y otros días de festejos.
Pero la población indígena en tanto sufría una explotación infrahumana. Decenas de miles de indígenas fueron sometidos a la mita, una especie de esclavitud que ya era habitual en el período incaico, cuyo uso fue intensificado por los españoles. A los mitayos, como se llamaba a los indígenas sometidos a la mita, se les hacía trabajar hasta 16 horas diarias, cavando túneles, extrayendo el mineral manualmente o a pico. Eran muy frecuentes los derrumbes y otros accidentes que ocasionaban la muerte de cientos de trabajadores. Las rebeliones eran ahogadas a sangre y fuego. Es probable que hasta 15.000 indígenas hayan muerto en la explotación de plata entre los años 1545 a 1625.
 
La producción de plata llegó a su mejor momento en el año 1650 y desde entonces las vetas empezaron a agotarse y Potosí entró en un camino cuesta abajo, del que jamás pudo recuperarse.
 
En 1719, una epidemia de tifoidea mató a cerca de 22.000 personas y otras tantas abandonaron la ciudad. Para 1700 la población se redujo a 70.000 habitantes. Treinta años después cayó a 35.000 habitantes. En el momento de estallar el movimiento de la independencia la población había descendido hasta sólo 8.000 habitantes.
Hoy las cifras estimadas de población en Potosí están por llegar a 200.000 habitantes según autoridades del Departamento.
Lo que salvó a Potosí de desaparecer o convertirse en pueblo fantasma, fue la producción del estaño, un metal al que los españoles nunca dieron importancia. La explotación se inició durante la mitad del Siglo XIX. Pero a principios del Siglo XX la sobreproducción hizo que los precios internacionales cayeran, por lo que Potosí volvió a hundirse en la pobreza.
Por las diferentes versiones, tradiciones, escritos, investigaciones y leyendas que circulan en cientos de textos acerca de Potosí, se encuentran las siguientes citas, refiriéndose al cerro Rico:
Suma Ork’o: Montaña majestuosa
Pptojsi: Reventar, en quechua
Pptoj: Brotar, del aymara quechua
P’utuqsi: Ruido, del quechua
Collque guacac: Que llora plata
Lo que queda del auge, la riqueza, la fama de Potosí está en las iglesias, museos y algunas casas de la época colonial que aún quedan.
Al pie del escudo de Potosí reza este lema: “Soy el rico Potosí, del mundo soy el tesoro; soy el rey de los montes, envidia soy de los reyes”.
Próximo a celebrarse el bicentenario de Potosí, los potosinos y potosinas debemos inculcar constantemente a los nuestros que Potosí sigue siendo bendecido por Dios, ya que contamos con otra gran riqueza: “el salar de Uyuni”, donde ojalá existan patriotas que sepan explotarlo de manera racional, planificada y manejarlo con mucha honradez en bien de Potosí y de Bolivia.

El Archivo Histórico de Potosí se organizó alrededor de 1936 centralizando los recursos documentales de la Casa Nacional de Moneda fundamentalmente de origen económico. Posteriormente se fueron acumulando importantes documentos, especialmente del período colonial, correspondientes a toda la República de Bolivia (por entonces Audiencia de Charcas), ampliando la documentación con expedientes de orden judicial, e incluso algunos religiosos como el fondo "temporalidades" de los bienes de los jesuitas. Últimamente se incorporaron algunos fondos provinciales que están en proceso de clasificación debido al clima frío y seco donde se encuentran, quizás las excepciones sean aquellos documentos recogidos del área rural. El archivo edita un boletín periódicamente.
Cajas Reales (CR) 1555 - 1831
Es uno de los fondos más ricos y más consultados, especialmente para la colonia temprana, que abarca cronológicamente desde 1555 a 1831. Se trata de documentación de origen económico pero que contiene valiosa información sobre los indígenas tributarios, yanaconas, autoridades, cobradores, intermediarios, doctrineros, etc. Además existe información sobre las parroquias de indios, las encomiendas y haciendas. También se encuentran datos sobre el territorio de las comunidades y su relación con la Corona.
Las CR comprenden "libros de cargos", de "libranza", "Manual", de "tasas","borrador de contaduría", "penas de cámara", etc. Incluso se encuentran uno que otro padrón muy temprano. Se tienen alrededor de 1711 libros con un número de fojas variable. Algunos cuentan con un índice y en muchos casos, en los márgenes, se señala el lugar a que se refiere la información. Para el período de la colonia temprana todavía se utilizan etnónimos como "Caracara","Churumatas", etc.
Todos los libros de CR están clasificados cronológicamente con el título del libro, por ejemplo:
CR 18: "Libro donde se asientan las tasas de los indios que están en la Corona Real que mandó hacer Don Francisco de Toledo Visorey y Capitán General en estos Reinos y Provincias del Perú que son los Repartimientos siguientes".
Las Cajas Reales tratan principalmente del territorio de la Audiencia de Charcas (hoy Bolivia) aunque pueda haber referencias también al Cuzco y al sector peruano del Lago Titicaca y Arequipa, así como al Norte Argentino.
Escrituras notariales (EN) 1572 - 1983
Contiene el mismo tipo de información que el fondo denominado Registro de Escrituras del Archivo de La Paz. Se trata de transacciones de ventas de animales, casas, tierras, o esclavos, prórrogas, testamentos, poderes, obligaciones (préstamos), arrendamientos (de casas, almacenes o haciendas), protesta de letras, recepción de mercaderías (vino, coca, harina, etc.), reconocimientos de hijos naturales, y otros. La información sobre la población indígena está dispersa en estos documentos y es difícil guiarse por el fichero que es solamente cronológico y está fichado por el nombre del escribano.
El fondo contiene alrededor de 730 libros cuyo número de fojas es muy variable: 25, 55, 806, ó 1505. Algunos documentos tienen índice. El número aproximado de libros por siglo es el siguiente:
S.XVI: 30 libros
S.XVII: 100-120 libros
S.XVIII: 30
S.XIX: 250
S.XX: 500

La información se concentra en la ciudad de Potosí y sus provincias. Los datos de los siglos XVI y XVII tienen mucho que ver con la dinámica minera de la ciudad.
Iglesias y Conventos (IyC) 1589 - 1881
La documentación de este fondo se refiere a aspectos económicos de las parroquias de la ciudad de Potosí donde se anotan las limosnas dejadas a los conventos, los testamentos a su favor, la cantidad y tipo de misa (difuntos, festividades, etc.) las capellanías y cofradías, libros de hermandad y otros.
Es importante, para buscar información etnográfica, distinguir entre las parroquias y las cofradías de indios y las de españoles. Así se puede conocer, por ejemplo, la ritualidad de las festividades católicas en las parroquias de indios, sus miembros, aportes y las relaciones con la iglesia.
Tiene fichero descriptivo con el número de fojas y el año.
Ramo de Temporalidades (RdT) 1636-1846
Toda la información contenida en este fondo proviene de los bienes de los jesuitas y de la comisión que se organizó después de su expulsión. Se encuentran datos sobre diezmos, fundación de escuelas, haciendas y su funcionamiento económico (producción de vino, telares, lana, etc.); venta de tierras que fueron de los jesuitas, capellanías, etc.
Especialmente importantes son los datos sobre las misiones (Chiriguanos, Mojos, Chiquitos y Tucumán). Nuevamente el grueso de la información es económica aunque se relaciona con la vida social y cultural. La información abarca las regiones de Tarija, Chiquitos, Cinti, Potosí, Chayanta, y parte de Chuquisaca; así como también el Paraguay y norte Argentino (Tucumán).
Existe un fichero descriptivo con el título del documento, el año y número de fojas.
Son cerca de 700 legajos.
Cabildo, Gobierno e Intendencia (CGI) 1620-1825
Se trata de documentos judiciales en los que predominan las solicitudes de minas (s. XVII), juicios por deuda, venta de esclavos, robos, heridas, herencias, haciendas, comercio de coca, problemas de tierras, censos, y cofradías, algo sobre autoridades indígenas, testamentos y otros. Esta fuente se circunscribe a la ciudad de Potosí y zonas aledañas. Por ejemplo: "Reclamación sobre que varios indios de Chayantaca quedaron sin empadronarse" o "Deuda de pesos a mitayos de Yura".
La cantidad de documentos es de aproximadamente 1.100 expedientes:
S.XVII: 120
S.XVIII: 650
S.XIX: 330

Tiene un fichero que consigna una breve descripción o título del documento, cantidad de fojas, año y eventualmente la zona.
Corte Superior de Justicia (CSdJ) 1825-1910
Se trata de información similar a la anterior pero del período republicano. Tiene un fichero clasificado cronológicamente, descripción del juicio, años y a veces zona.
Prefectura del Departamento 1825-1950
La documentación contenida en este fondo se refiere principalmente a las provincias, es decir el área rural y los pueblos. Se trata en su mayoría de la correspondencia entre prefectos y otras autoridades, aunque también se pueden encontrar juicios, información económica como los diezmos y primicias y datos sobre los servicios que los indígenas estaban obligados a cumplir. Para una historia demográfica de las comunidades indígenas, uno de los fondos de mayor importancia es el de matrículas y padrones de Potosí y sus provincias. También existen algunos libros de catastro del área rural.
Se trata de un extenso fondo que cuenta con 3861 expedientes o libros que varían en extensión entre 10 y 500 fojas aproximadamente.
Expedientes Provincia Linares (1705-1903)
Se trata de expedientes judiciales de la Provincia Linares y sus cantones (Tacobamba, Yura, Chaqui, Potobamba, Caita, Puna). En su gran mayoría contienen información sobre el área rural: testimonios relativos a haciendas, tierras de comunidad, recuento de terrenos, pleitos por tierras entre haciendas y comunidades, remates de haciendas, diezmos, deslinde de tierras, deslinde de minas, y enfrentamientos entre comunarios. Además se encuentra otro tipo de información relacionada con aspectos sociales: peleas, asesinatos, testamentos, partición de bienes, calumnias, adulterio, abuso de confianza, etc.